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Me cuido, te cuido, cuidamos

Arturo B. Arturo B.  •  11/08/2020  •    Sin comentarios

Código de la iniciativa ciudadana: GC-2020-08-227

Proyecto de concienciación sobre el cuidado, el respeto, la protección y la no violencia en el plano personal y relacional con otras personas, entidades y con el entorno en el que convivimos.

Presentación

La participación, la democracia o el gobierno abierto son ideas muy amplias que ilusionan con solo nombrarlas. Son muchos los procesos que se inician cargados de motivación, buenas intenciones y energía. Desarrollar procesos democráticos o participativos que sean capaces de generar cambios significativos suele implicar dificultades que muchas veces no resultan fáciles de definir o se intentan justificar con razonamientos simplificados. Este proyecto concentra la esencia de procesos de participación y el conocimiento existente sobre el comportamiento humano como animal social para hacer una propuesta de cambio basado en acciones muy sencillas pero con gran capacidad de transformación. Las relaciones humanas suelen ser la clave del éxito de los procesos de participación, por eso el proyecto se centra en el cuidado de personas, relaciones y procesos grupales como secreto para la transformación social.

Este proyecto está dirigido a generar conciencia en personas y entidades sobre la importancia de trabajar por y para la paz con el objetivo de reducir la existencia de procesos que generen incomodidad y por tanto, afecten al nivel de participación. Detrás de estas incomodidades suelen existir acciones hostiles o que implican algún tipo de microviolencia o violencia camuflada que por estar normalizadas en nuestra sociedad no se ven como tal pero imposibilitan el desarrollo de relaciones sanas, duraderas y motivadoras necesarias para la participación. Conseguir reducir el nivel de hostilidad en las relaciones de nuestra sociedad, en familias, escuelas, centros de trabajo o de salud y en cualquier entidad o colectivo supondría no solo mayor potencial para el desarrollo de la participación sino de la democracia en si misma.

Este proyecto pretende ayudar a identificar y visibilizar las acciones de cuidado por un lado para potenciarlas y las acciones violentas por otro para que vayan desapareciendo de nuestra sociedad y contribuir así a un mundo más justo, agradable, integrador y motivador ¿suena bien verdad? 

El denominador común de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es el cuidado; cuidado de la salud, de los empleos, del agua, de las personas vulnerables, de la justicia, etc. El siglo XXI va a ser el siglo en el que la humanidad tiene que aprender a cuidar si quiere pasar al siguiente siglo. 

Los incencios del verano de 2019 y el COVID19 han puesto en evidencia la necesidad de implicarnos en el cuidado con una visión integradora y han elevado el nivel de conciencia de la sociedad hacía la corresponsabilidad en la gestión de la misma.

El análisis de las noticias diarias nos permite observar que la gran mayoría de ellas obedecen a la necesidad de mejorar la calidad de las relaciones. Este proyecto plantea trabajar el desarrollo sostenible desde la base de generar cultura del cuidado y la corresponsabilidad, lo cual es clave para una mejora de la calidad democrática.

El proyecto impulsa la creación de redes de colaboración, la definición de herramientas de trabajo y sensibilización con su posterior aplicación.

Objetivo

Potenciar una sociedad inspiradora y saludable mediante la concienciación sobre la importancia de aprender a cuidar y minimizar la violencia en sus distintas formas, aplicando soluciones que posibiliten la participación de personas y entidades.

Ámbito

El proyecto “Me cuido, te cuido, cuidamos” persigue acoger los dones de la diversidad y servir de cauce para la comunión atenta, comprensiva, respetuosa y potenciadora. Se proyecta utilizando 5 colores que representan los distintos públicos y ámbitos a los que va dirigido. 

En amarillo se representa la diversidad, lo diferente, la pobreza, las culturas, las etnias y a toda a aquella persona que es o se siente distinta.

En azul claro se presenta a la infancia y a las personas inocentes, que no ven el mal en el comportamiento ajeno y que padecen especialmente por ello. El proyecto nos engloba en este colectivo, teniendo presente que “el cambio empieza en mí”. La violencia la aprendemos principalmente en nuestra infancia y así es como la asumimos como normal. Nuestra inocencia normaliza comportamientos que son violentos y aquí es donde el proyecto quiere trabajar, concienciando y generando conocimiento que permita el cambio que queremos ver en el mundo. Madurando desde el análisis de nuestros propios comportamientos se da paso al siguiente colectivo y los conceptos asociados. El azul también es el color del agua, del cielo y del mar que representa el planeta con todos los seres vivos que alberga y no son ajenos al comportamiento del ser humano.

El azul oscuro es la madurez y la sabiduría, así como la justicia que se pueden conseguir gracias a ella. Es el cambio que queremos ver en nosotros mismos para empezar a transformar la sociedad.

El violeta, es sin duda el color de lo femenino, el color que nos recuerda que sí o sí todas las personas debemos tener los mismos derechos como expresión máxima de justicia, independientemente de nuestro género o condición.

Por último, el rojo, el color de la valentía y de la sangre como alegoría a la salud y también al daños que nuestros comportamientos inconscientes pueden llegar a generar.

«La única ética que admito es la erradicación del daño» – César Manrique –

Más información en www.aprendiendoacuidar.org

 

https://violenciacero.org/wp-content/uploads/2020/06/Dossier-general_1_1_4_AF.pdf


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